Dice el padre Guillermo Furlong S.J. que “los habitantes de Buenos Aires se acostumbraron a ver desaparecer edificios que no supieron defender, siquiera fuese por sus antecedentes históricos, ya que, en ese entonces, no supieron aquilatar sus valores artísticos. Si, de tanto en tanto, aisladamente, se alzaba alguien pretendiendo reivindicaciones o justicia para las expresiones de la época de la dominación hispánica, no pasaba de ser un incomprendido, cuya voz clamaba en el desierto”.
Pero algunos edificios, muy pocos, quedaron, y este libro pretende llamar la atención sobre estas construcciones, para que se las conozca, se aprenda a quererlas y a defenderlas.